domingo, 31 de enero de 2010

El gobierno de la economía (Juan Torres López)


Publicado en Sistema Digital el 22 de enero de 2010 (Juan Torres López)

Desde que el partido socialista ganó las elecciones de 2004 la derecha española no ha dejado de desestabilizar su gestión gubermanental. No oponiéndose a que gobierne de una u otra forma sino sea cual sea la manera en que lo haga....seguir leyendo...



jueves, 14 de enero de 2010

Mirando alrededor


Después de todas estas fiestas que acabamos de dejar atrás, con el propósito de olvidar cuanto antes la barbaridad consumista en que acabó convertida la navidad, trato de pensar en otras cosas y me viene a la memoria que hubo un tiempo no muy lejano en el que costaba trabajo no ser sandinista y gritar a los cuatro vientos que nuestro lema era aquel que rezaba "la historia me absolverá". No sabíamos quién era Sandino, pero nuestro gozo se hundía en el fondo de la utopía, pujante.

También le gritamos a Marx, porque "no nos moverán" nos sonaba más a Marx que a Engels y ser marxista-leninista era una ontológica categoría pura e inmaculada. Nos pusimos el pañuelo palestino, porque las camisas azules no se ajustaban al cuello del alma. Hubo un tiempo en que la "Internacional" nos hacía llorar, igual que el "Grândola vila morena". También fuimos argentinos y cubanos como el Che Guevara. Y rojos como Mao, que escribía versos desde la cárcel. Hubo un tiempo en que soñábamos que Fidel Castro era un liberador, y el otro, de Venezuela, también. Después resultó que Fidel era un mísero que dictaba como dictaba Franco, y Chávez, el venezolano, un cacique de baja ralea.

Ahora se puso de moda el ecologismo. Por eso esbozamos una sonrisa cuando liberan a López de Uralde y los otros de Greenpeace, que es una organización que no protesta por el paro pero sí por el clima declinante. También nos fuimos al aeropuerto a solidarizarnos con Aminatu Haidar y hemos puesto el grito en el cielo porque el Sáhara se muere de opresión. Son modas, pasajeras. La gente de la progresía se mueve entre ellas al acecho de una causa que justifique sus días. Sin embargo, no miran las entrañas de este país...de nuestro mundo más inmediato.

¿Habrán visto alguna vez una congregación de seres humanos ante los colectores de desperdicios de los supermercados?

Yo sí. Y no hace falta alargar demasiado la mirada.

Mardearena