Tengo un sentimiento contradictorio al que estoy empeñado en dar una salida. Por una parte, cada día que pasa, tengo más fascinación por las nuevas tecnologías. Y los pocos inconvenientes que encuentro en Internet, empiezan a tener remedio. Por otra parte, creo que estamos fomentando una sociedad irreflexiva e instantánea. Y creo que hay que buscar un equilibrio.Hablaba de mis sentimientos enfrentados entre mi fascinación por las redes sociales y mis recelos por la velocidad de circulación de la información: apenas queda tiempo para la reflexión y para el debate sosegado.