domingo, 8 de noviembre de 2009

¿ Pandemia o pandemonium ?


Cada vez que abro un periódico, como hoy, me topo de bruces con alguna noticia relativa a la famosa Gripe A.
No he podido resistir la tentación de expresarme y mandaros, a mis amigos, mi particular opinión sobre este asunto:

Seguimos a vueltas con el tema de la información y nadie duda que esta ha de ser veraz y objetiva, máxime cuando se trata de cuestiones que, como la salud, por ejemplo, son susceptibles de generar gran preocupación y alarma social.
Sin embargo, en ocasiones, la información, también en este ámbito, se transforma en una suerte de "política informativa" o mediática que, por fuerza, ha de obedecer a designios oscuros o cuando menos inexplicados.
No de otra forma cabe calificar lo que está sucediendo con la información sobre la llamada Gripe A.
Las propias denominaciones de pandemia, epidemia o endemia podrían estar en cuestión.
La tasa estimada de gripe clínica fue en España-me he preocupado de buscar los datos- de 53,61 casos por cada cien mil habitantes, lo que no supone una cifra en exceso alarmante para merecer tal denominación.
Los expertos aseguran además que se trata de una gripe muy semejante a la común, la que sufrimos todos los inviernos, quizá más virulenta en los síntomas pero que, desde luego, menos letal: 0,15 fallecidos por cada mil afectados.
Las pocas muertes que ocasiona se producen de forma abrumadoramente mayoritaria por el agravamiento de dolencias que ya sufría el enfermo y, aún con todo, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Sanidad, los fallecimientos por esta causa se sitúan en España en 45 desde el momento en que se produjo el brote.
Si atendemos a estadísticas plenamente fiables de prestigiosas entidades sanitarias, como el Instituto Carlos III, podemos comprobar que en los años 1999-2000 fallecieron en España, a causa de la gripe común, 1.243 personas, sin que nadie dijese nada especial al respecto. Y si se quieren ajustar las cosas a términos anuales, para hacer los datos más comparables, se puede comprobar que en 2006 (último año estadístico utilizable) fallecieron en España 286 personas de infecciones intestinales, 3.719 de neumonía o 462 de hepatitis vírica...Todo ello por no contar las muertes "voluntarias", pues los suicidios arrojaron desgraciadamente la cifra de 124. Y si hablamos de las muertes en accidentes de carretera, la cifra se incrementa ampliamente.
¿Estamos, pues, ante una situación tan dramática como la que transmiten los medios informativos, incluso los públicos y oficiales?.
Lejos de tan fatales datos y funestos pronósticos, la experiencia demuestra que contra esta Gripe A en la inmensa mayoría de los casos, basta un tratamiento convencional y unos días de cama o abrigado en casa para que todo haya terminado.
¿A qué obedece, pues, esta profusión increíble de noticias sobre esta dolencia de escaso resultado letal?. ¿Por qué se anuncian a bombo y platillo medidas como suspender el 70% de las operaciones si se agrava la gripe?. Ya se haría, sin más, si fuese necesario. ¿Por qué se anuncian que se habilitarán camas y se movilizará a personal voluntario?. ¿Es esto la guerra?
¿Por qué se amenaza con suprimir las vacaciones del personal sanitario?...
¿Por qué, en definitiva, esa insistencia en denominar pandemia, nombre que asusta a la gente común, a lo que no es muy distinto de la gripe habitual de todos los años? ¿Por qué el "tamiflú" es hoy ya más conocido que la aspirina? ¿Cuál es la razón oculta de que se genere irresponsablemente tanta alarma y preocupación social? ¿Son razones de economía nacional por la pérdida de horas de trabajo? ¿Acaso razonables políticas preventivas? ¿Serán injustificables intereses comerciales de determinadas empresas multinacionales los que expliquen este dislate? ¿Conviene tener a la población preocupada por estas cuestiones para que no se excite y se revele por otras como el paro o la imposible cesta de la compra?
Desgraciadamente, de momento no hay respuesta, ni quizá la habrá nunca, como no la hubo con la hoy olvidada Gripe Aviar y tantos otros acontecimientos un día magnificados y a los pocos meses borrados de la agenda mediática como por arte de ensalmo, una vez logrados los objetivos de la operación mediática.
Nunca fui amiga de las teorías conspirativas de la historia, pero esto da sin duda que pensar.
Más que una pandemia, esto parece un pandemónium, tal como lo define el diccionario de la Real Academia de la Lengua: "lugar en que hay mucho ruido y confusión".

Mardearena

No hay comentarios:

Publicar un comentario